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Por Humberto Salazar

Trabajo versus palabras el secreto de Danilo ¡siga presidente!


El más serio problema que han tenido los opositores internos y externos al actual presidente de la República, es que no han entendido la naturaleza de su liderazgo, porque es el primer político dominicano que surge de la estructura de trabajo de un partido y llega a la primera magistratura de la Nación.


Absolutamente todos los demás han sido el producto de una serie de circunstancias que les permitieron accesar al poder sin tener que ¨mojarse el fondillo¨ haciendo el trabajo de carpintería que requiere todo proyecto político para ser exitoso.


La mayoría de los políticos dominicanos que aspiran hoy a la presidencia de la República lo hacen partiendo de una base económica, familiar o en el caso de los que tienen ya una historia dentro de sus partidos, es decir son parte de la generación que acompañó a los líderes fundacionales, contaron con el aval de estos, prácticamente ninguno viene de la parte estructural y de organización de los partidos, estos construyen para otros.


El mejor ejemplo histórico de esto es José Francisco Peña Gómez, el líder de la segunda etapa en suelo nacional del Partido Revolucionario Dominicano, quien a pesar de ser considerado el ¨más grande conductor de masas¨ de su época, le tocó hacer carrera política desde la parte organizacional de su partido, es decir era un producto de la estructura y tuvo que granjearse su liderazgo a partir del contacto con los dirigentes medios, no pudo llegar a la presidencia de la República, a pesar de que construyó tres proyectos presidenciales exitosos.


En el PRD todos saben que Antonio Guzmán no era un político de la estructura de la organización, no era un carpintero de la política, fue le producto de una serie de circunstancias que comenzaron por su partición activa como parte del PRD moderado en medio de la guerra civil de 1965 y cuando hubo que buscar a un dirigente de ese partido para llevarlo al poder a sustituir a Joaquín Balaguer en 1978, esa fue la respuesta, quien armó su ascenso al poder fue Peña Gómez.


Tampoco Balaguer fue un político de estructura partidaria, el más admirado de los que han ejercido el poder en la República Dominicana, heredó los restos del Partido Dominicano, el mismo de Rafael Trujillo, que fueron organizados primero como Acción Social y después de las manos de Francisco Augusto Lora como Partido Reformista.


El Presidente Joaquín Balaguer era un intelectual a quien parecía ni siquiera interesarle la política, un embajador de los Estados Unidos que lo visitó en los años donde se buscaba estabilizar al país después de la guerra civil lo describió como una persona que a quien parecía solo interesarle volver a sus libros y no intervenir más en la política, la historia se escribió con Balaguer aun manteniendo el récord de más años en el poder y el que construyó la estructura reformista, Lora, nombrado en un cargo secundario al final de sus días.


Ni hablar de Salvador Jorge Blanco, que probablemente nunca supo lo que era un comité de base el PRD, ni era dirigente de una zona de su partido en Santiago, pues su hogar eran los tribunales de la República donde ejercía su profesión de abogado; a este lo construyó Hatuey Decamps, quien si era un miembro destacado y organizador en la estructura de su partido desde sus años universitarios, el primero llegó a ser presidente y el segundo terminó fuera del PRD peleado con Hipólito Mejía por el proyecto de reelección del año 2004.


Y hablando de Hipólito Mejía, este tampoco llegó a la presidencia de la República por ser un dirigente destacado en la organización de su partido, en aquella ocasión el PRD, este fue bendecido por Peña Gómez y catapultado por este como líder político en la famosa formula del ¨café con leche¨, acompañó al primero como candidato vicepresidencial en 1990 y no hay que ser muy lúcido para darse cuenta que el tema del color de la piel era algo importante para ello.


Mejía es un producto de Peña Gómez antes y después de su muerte, porque con todo lo acontecido en 1994 y 1996, donde al decir de nuestro amigo José Frank Peña Guaba los reformistas dejamos a los perredeístas soñando con pisar la grama del Palacio Nacional como ocupantes por cuatro años, después de la muerte del líder del PRD había que hacer un pago, y el pueblo dominicano consideró que ese pago era votar por el candidato del PRD, que coincidencialmente era Hipólito quien ganó las elecciones.


Tampoco Leonel Fernández es un político de estructura, no es considerado uno de los armadores del Partido de la Liberación Dominicana, más bien estuvo dedicado al tema de comunicaciones y relaciones con los medios durante los años de formación de ese partido, todos conocemos y alabamos sus dotes de un intelectual con grandes conocimientos sobre diversas áreas y la forma en que lo pude expresar, solo que su fuerte para nada es la carpintería partidaria sobre la que se construyen los proyectos presidenciales exitosos.


Ha sido el fruto de la circunstancia que abría las puertas al retiro de los lideres fundacionales de nuestro sistema partidario en democracia, Juan Bosch y Joaquín Balaguer, se ganó su espacio desde las páginas de Vanguardia del Pueblo, la revista Teoría y Acción, y sus relaciones con la prensa de país a través del ejercicio de las docencia en la UASD y ser el encargado de comunicaciones del PLD, es decir, llega a la presidencia desde la parte intelectual de su partido, no exactamente como constructor de un proyecto político.


Esos son todos los que han sido presidentes desde 1966 hasta la fecha con una sola excepción, Danilo, quien si proviene del ejercicio político diario con los dirigentes primero del PLD y luego, como todo político estructural, teje una serie de relaciones personales a todos los niveles con miembros de otras organizaciones de modo tal que sobre sus hombros pesa gran parte del trabajo de contactos que llevan al partido morado al gobierno en el año 1996 y luego en el año 2004, esas relaciones permanecen intactas y se amplían con la alianza del 2015 con el PRD.


Esta procedencia es lo que explica las marcadas diferencias que tiene el actual presidente con sus predecesores y por qué muchos, incluso algunos de sus más activos defensores en algún momento de su carrera hacia la presidencia se han convertido en críticos feroces, es que simplemente no lo entienden, no se han dado cuenta que su liderazgo sobre primero una parte importante del PLD para que lo eligiera frente a 5 competidores y después con el duro trabajo y esfuerzo que se hubo de hacer para llegar a ocupar el Palacio Nacional, lo forjaron como político de un modo tan recio que ahora es muy difícil combatirlo.


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