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Por Humberto Salazar

¿Y si Víctor Gomez Casanova tiene razón? ¡Ay el idioma español!


Nunca voy a negar que soy un amigo entrañable de Víctor Gómez Casanova, con quien he tenido una relación de muchos años donde se cruzan la frontera de la amistad y la familiaridad, esto no es un secreto para nadie porque aun en los peores momentos de enfrentamiento político, hemos tenido muchos a través de los años, siempre me ha considerado como un hermano mayor y lo confiesa.


Somos un país donde asumir posiciones publicas frente a una jauría abúlica que solo espera un grito que desentone con lo que son sus ideas para saltar como fieras, es un verdadero peligro, y más ahora cuando el miedo a las aspiraciones de poder de muchos se centra en una decisión que tiene una fecha mínima de anuncio, el mes de marzo, mas desespera a tantos porque la voluntad de una sola persona de solo él o ella es conocida.


Pues mi hermano Víctor en medio de una actividad de la Autoridad Portuaria Dominicana se puso a hablar de barcos y capitanes, pero antes de caballos y ríos, y la verdad es que en la mezcla que hizo de palabras y acciones hizo un barullo tan grande que le valió lo que parecían varios ¨boches¨ de muy alto nivel y hasta una reprimenda publica de parte del partido político donde ahora ejerce su militancia.


Como en nuestro caso nos encanta el idioma español, tan rico que fue capaz de producir el segundo libro más leído en la historia de la humanidad después de la Biblia, ¨El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha¨, sería bueno hurgar en las palabras para poder medir las implicaciones que tiene lo que dijo Víctor, y por qué ha causado tanto revuelo en los que temen se acerque lo que no quieren.


Víctor dijo: ¨Una vez que el barco zarpa del puerto, y va navegando con un capitán con la experiencia y con la estabilidad con que usted ha llevado este barco llamado República Dominicana, es imposible, sería un suicidio cambiar de capitán en medio de la travesía¨.


¿Hay alguna mentira en esas palabras? ¿Alguna exageración? ¿Es un exceso de Víctor haber dicho algo semejante?.


La verdad es que si miramos lo embravecidas que están las aguas donde navegan los países de nuestra región, para nada podemos dudar de que tenemos un buen capitán al mando de la nave nacional, República Dominicana es hoy en día el país que más crece en términos económicos en América Latina y un ejemplo de como las instituciones públicas puestas al servicio de la gente pueden funcionar correctamente.


Mientras es más que evidente el rezago de una región como la nuestra, donde existen crisis de gobernabilidad, de seguridad pública, de estabilidad económica e incluso de récords de inflación en algunas de las naciones más grandes y ricas en términos de propiedad de materias primas del continente, nuestro país se ha convertido en la economía más grande del Caribe y el receptor de la mayor inversión extranjera de toda Centroamérica.


Solo hay que salir a la calles para visualizar un país que cambia para bien, donde existe una paz social fruto de la mejoría de la calidad de vida de millones de dominicanos, y esto es fruto de una gestión de gobierno racional desde el año 2004 hasta la fecha, cuando hubo de rescatar de la crisis a un país que se hundía en medio de la quiebra de varios de sus principales bancos, y no podía siquiera cumplir con sus compromisos con los organismos internacionales de crédito.


Pero mas aun, el crecimiento y el desarrollo, el rescate de 1.2 millones de dominicanos que vivían debajo de la línea de pobreza y su conversión en clases medias, es el resultado de las políticas públicas implementadas durante los 6 años de gobierno del Presidente Danilo Medina, el que es receptor en este momento de un amplio apoyo popular, podemos afirmar sin lugar a dudas de que 2018 termina con el gobierno en la cresta más alta de la ola de la estima popular.


Entonces para seguir con los términos marinos argüidos por Víctor en una actividad de la institución que dirige, este tiene más que razón en afirmar que el barco de la nación surca muy seguro las aguas en las manos de la actual administración de gobierno encabezada por el Presidente Medina, eso no puede ser rebatido por ningún argumento que se sostenga sobre resultados económicos y sociales en la República Dominicana de hoy.


El problema de Víctor Gómez Casanova no es entonces que mintió, es que el lugar que escogió para hablar no fue el adecuado, sobretodo porque como advirtió el Ministro Administrativo de la Presidencia al salir del mismo acto donde se hizo el símil con el barco en altamar, el actual gobierno está totalmente dedicado a gobernar y para nada usa la presencia del presidente de la República para proselitismo político, eso sería reeditar acciones del pasado que no se corresponden con el nivel de desarrollo institucional que hemos alcanzado.


Es por eso que sin llamarlos por su nombre, el mismo presidente de la República reaccionó y llamó imprudentes a los funcionarios que tocaron en forma tangencial un tema político que, como el de la posibilidad de su repostulación, el mismo ya había declarado en un programa de televisión se referiría mínimo en el primer trimestre del próximo año, o cuando su propio partido discuta ese tema, entonces fijará una posición pública.


La falta de prudencia de Gómez Casanova, que se dejó llevar del entusiasmo cuando escuchó que hay personas sensatas que piensan caminamos a convertirnos en el Singapur del Caribe (una ciudad puerto de Asia), está en el escenario que escogió para decir en público y frente al mismo presidente de la República lo que muchas personas creen y callan, que habrá que pensar muy bien cuando se tenga que escoger quien lleve la nave nacional a un destino seguro en estas aguas tormentosas que navegamos.


Y como la prudencia es la virtud que tenemos lo seres humanos de evitar emitir informaciones y hacer comentarios no pedidos, guardarse opiniones que pueden afectar a otros, mantener las normas de la discreción y no dejarse llevar por los impulsos, entonces tenemos que asentir cuando a nuestro amigo Víctor se le llama la atención y se le califica como imprudente, pues no debió usar la tribuna de un acto oficial para manifestar lo que piensa en términos políticos.


Solo que en el idioma español imprudencia no es sinónimo de mentira o falsedad, se puede ser imprudente hablando la verdad, y esto es la realidad de lo que dijo Víctor Gómez Casanova, quien ni siquiera debería estar preocupado por todo lo que se ha dicho en los últimos días y hasta la carta que le envió un denominado comité de control de su partido político.


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