Con el asesinato del joven dominicano Lesandro Guzmán Feliz (Junior) en el Bronx ha evidenciado una vez más la eficiencia del sistema judicial de los estados Unidos.
A pesar de tratarse de un latino asesinado y de ser también latinos sus verdugos, primero la policía actuó con prontitud en el apresamientos de estas escorias humanas y entregarlos a la justicia, quien también con gran prontitud conocieron la responsabilidad de estos.
Pero algo más importante, este caso, que ha conmovido a la sociedad norteamericana y muy especialmente a la comunidad dominicana en Estados Unidos, quienes han pedido justicia para los miembros de la pandilla Los Trinitarios, formado principalmente por dominicanos.
La justicia norteamericana con el cadáver de Junior en la funeraria, ya estaban conociendo el caso de Kelvin Álvarez de 19 años de edad, quien fue acusado formalmente por cargos de asesinato en segundo grado, homicidio involuntario y armas.
También está detenidos para conocerle el caso José Muñiz, 21, José Tavarez, 21, Manuel Rivera, 18, Danel Fernández, 21, Santiago Rodríguez, 24, y Joniki Martínez, 24 esperan audiencia del juez para su traslado a Nueva York.
Pero lo que más llama la atención de ese horrendo asesinato, es que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump advirtió que tomará medidas para hacerle frente a los pandilleros en esa nación.
Es sumamente interesante, que el mandatario de la potencia más grande del mundo, le llame a preocupación un mal tan grave y peligroso como es el pandillerismo, el cual pone en peligro la integridad de los ciudadanos.
En horas buenas, que esa práctica delictiva cometida, principalmente por inmigrante latinos y de otros países sea enfrentada con determinación y estos una vez apresados deben ser deportados a sus respectivos países, porque ningún país debe permitir que ningún forastero vaya a alterar sus leyes.