Una mujer que abrió el viernes la puerta de la casa del comisionado del condado floridano Hernando, Nick Nicholson, dijo que durante meses fue una “esclava sexual” del funcionario.
Valerie Surette, que dijo ser una stripper (bailarina desnudista), de 30 años, con problemas de adicción a las drogas, es una de las dos mujeres que aparecen en los documentos del encausamiento cuando el jueves Nicholson fue arrestado bajo cargos de estar vinculado a la prostitución.
Surette declaró que Nicholson, de 71 años, aprovechó su “vulnerabilidad” y la de otras mujeres como ella. La mujer dijo que tenía relaciones sexuales con Nicholson a cambio de un sitio donde vivir, y dinero para comprar víveres, medicamentos y rehabilitación para su drogadicción, dijo.
“Estuve en un principio de acuerdo con el trato”, dijo Surette. “Es cierto que trabajaba en un club de strippers, pero era algo diferente. Aquí, era una esclava sexual. Tenía que hacer cualquier cosa que él quisiera".
El comisionado encara acusaciones de operar un lugar para la prostitución y otros dos cargos de contratar los servicios de una persona que trabaja en la prostitución, según la Policía del condado Hernando.
El jueves por la noche, el Comité Ejecutivo Republicano de Hernando votó para pedirle a Nicholson que renuncie a su puesto, que ocupa desde el 2012.
El viernes, Nicholson abrió la puerta de su oficina, en Nicholson Engineering Associates, ubicada en el 7468 Horse Lake Road, pero no contestó las preguntas de un reportero del periódico Tampa Bay Times, así como tampoco devolvió las llamadas telefónicas que se le hicieron. Hasta el viernes por la tarde, Nicholson no había dimitido.
Robert Morris, el abogado de Surette, presentó una orden de protección contra la violencia sexual, que se aprobó esta semana, lo que le impide a Nicholson regresar a su casa. Surette dijo que ella y su esposo, Kendel Surette, vivirán allí hasta que encuentren una nueva casa.
Surette declaró que conoció a Nicholson el año pasado en el Icon Gentleman’s Club, localizado en el condado Pasco, donde trabajaba como bailarina desnudista. En abril del 2017, el comisionado le sugirió que se mudara a su casa, sita en el 4580 Tiburon Avenue, dijo Surette.
"Me suplicó durante meses que lo hiciera y me ofreció grandes cantidades de dinero si me mudaba a su casa y tenía sexo con él", dijo
Después que Surette se mudó a la casa con su esposo, Nicholson le pagaba a la pareja $100 los martes y $200 los sábados para tener relaciones sexuales con Surette, le dijo su esposo a los agentes de policía cuando acudieron a la casa en febrero. Nicholson le permitía a Surette que vinieran otros clientes a su casa para tener sexo con ella, declaró su esposo.
Surette dijo que Nicholson la obligó a participar en actos sexuales desagradables o dolorosos que no habían acordado en un principio.
"Si no lo besaba, lo tocaba o me sentaba en su regazo se enfurecía", dijo.
Según indica el reporte del arresto del jueves, una segunda mujer, Melinda Baker, de 38 años, también tuvo sexo con Nicholson a cambio de dinero. Baker, que en la actualidad está presa en el Centro de Detención del Condado Hernando, acusada de conducir con una licencia suspendida, mencionó la dirección de la casa de Nicholson como la suya.
Surette dijo que Baker vivió en la casa, pero se mudó hace unos meses. A cambio de tener sexo con Baker los lunes y miércoles, el comisionado le pagaba el alquiler y la cuentas de las clínicas de rehabilitación, dijo Surette.
Hasta el momento, no se han presentado cargos de prostitución contra ninguna de las dos mujeres, de acuerdo con el teniente Jeff Kraft, portavoz de la Policía del Condado Hernando.
En el 2012, Nicholson fue investigado por su relación con otra bailarina, pero la Fiscalía no presentó cargos.
El comisionado Jeff Holcomb dijo que el jueves el Comité Ejecutivo Republicano del condado Hernando votó de forma casi unánime en su petición de pedirle a Nicholson que renuncie a su puesto.
Si Nicholson renuncia dentro de poco, su escaño en el Distrito 1 de la Comisión del Condado podría estar en la boleta a finales de este año, dijo Shirley Anderson, supervisora de Elecciones del Condado Hernando.
El viernes, los vecinos del barrio de Nicholson dijeron que se sienten aliviados tras conocer el arresto del comisionado, pero quieren que el matrimonio Surette se vaya de la vivienda.
Luego de mudarse a una casa aledaña a la de Nicholson en enero del 2017, Joe y Sheli Dile vieron cómo todos los días automóviles —y hasta limosinas— se detenían frente a la casa para que se bajaran mujeres que entraban a la casa. También llegaban hombres, dijeron.
Kendel Surrette le dijo a la Policía en febrero que su esposa tenía sexo con clientes en un auto estacionado afuera de la casa.
"No hay que ser un científico de la NASA para saber lo qué estaba pasando", dijo Sheli Dile.
Después de meses de escuchar chillidos y gritos que salían en horas de la noche de la casa de Nicholson, una vecina, Connie Rasbach, de 55 años, dijo que esperaba que la salida del comisionado trajera tranquilidad a la cuadra.
"No hay duda de que necesita ayuda, pero también tiene que dejar su puesto para hacerlo", dijo Rasbach. "Necesitamos comisionados que ayuden a nuestra comunidad, no que la empeoren".