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Margarita Cedeño de Fernández

Lo económico también se juega en lo social

En el marco del Foro Social que organizamos la semana pasada en Punta Cana, un hito de gran trascendencia para la región, conversamos sobre los retos de los países que conforman el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), a los fines de garantizar desarrollo sostenible con equidad e innovación.


La interesante discusión, moderada por el Representante del BID en la República Dominicana, Miguel Coronado, tocó uno de los temas más urgentes para toda América Latina, que se acentúa gravemente en los países centroamericanos y en la República Dominicana.


Hoy en día, 4 de cada 10 empresas de la región tienen problemas para encontrar el personal calificado que requieren sus negocios, lo que convierte a toda América Latina en la región con la mayor brecha de capacidades en el mundo. Como punto de comparación, a nivel mundial, el promedio establece que esto suceda en 2 de cada 10 empresas.


Esto es así a pesar de que en conjunto los países latinoamericanos dedican más del 5% del producto interno bruto a programas de educación y capacitación técnica, según confirma el Banco Interamericano de Desarrollo en un reciente informe.


El tema también fue objeto de discusiones profundas, en el marco del Foro Económico Mundial que se celebró en Sao Paulo el pasado mes, advirtiendo que es un tema que inicia en la educación primaria y secundaria, dado que “los estudiantes de América Latina y el Caribe poseen más de un año de retraso respecto de lo esperable para el nivel de desarrollo económico de la región”.


Las mejores prácticas demuestran que un modelo exitoso de educación y capacitación tiene tres características claves: facilidades para hacer la transición entre el mundo del trabajo y el mundo de la educación; la integración estrecha de los sistemas de educación y capacitación con el mercado laboral y; el alineamiento entre las estrategias de crecimiento económico y el desarrollo de destrezas para la productividad.


Durante la discusión en el Foro de SICA, coincidimos en que debemos ver con una mirada más crítica los esfuerzos que realizan los Gobiernos para impulsar la adquisición efectiva de conocimientos, que resulten en inserción laboral y mayor productividad para las economías de la región.


Es esencial, por igual, que se aproveche la plataforma que ofrecen los programas de capacitación, para transmitir conocimientos complementarios para la convivencia y la confraternidad.

Lo más urgente es abordar las principales desconexiones entre el mundo de la educación y el mundo del trabajo. Existen lagunas entre las instituciones educativas y los empleadores.


Para ello, los organismos recomiendan una nueva mentalidad empresarial que impulse un nuevo enfoque de la educación y la capacitación en el desarrollo de la fuerza de trabajo de la industria, lo que Michael Porter ha llamado la estrategia del valor compartido.


Lo mismo se requiere de los Gobiernos. Sus acciones son la clave para formar empleados capaces de lidiar con desafíos futuros. En la región SICA debemos tener claridad con este gran reto, que es esencial para que alcancemos un nuevo nivel en el desarrollo.


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