Después de 37 años en el poder, Robert Mugabe renunció a la presidencia de Zimbabue. El mandatario dimitió este martes a través de una carta que fue leída por el presidente del Parlamento de ese país, Jacob Mudenda.
"Yo, Robert Mugabe, de acuerdo con la sección 96 de la Constitución de Zimbabue, mediante la presente, presento formalmente mi renuncia... con efecto inmediato", leyó Mudenda.
La lectura se realizó en una sesión especial del parlamento de ese país para debatir la posibilidad de iniciar un juicio político que derivara en la destitución del mandatario.
Mugabe llevaba una semana aferrándose a la presidencia después de que el ejército interviniera y lo pusiera bajo arresto domiciliario sin reconocer que se tratara de un golpe de Estado.
La noticia fue recibida en las calles de la capital, Harare, con bocinazos y expresiones de celebración.
Durante esta convulsionada semana, decenas de miles de ciudadanos zimbabuenses tomaron las calles para exigir la renuncia del mandatario.
Mugabe había gobernado Zimbabue casi sin oposición desde que el país obtuvo la independencia en 1980.
El exmandatario ganó elecciones durante todo ese tiempo, pero los últimos 15 años de su mandato se han visto envueltos en acusaciones de dura violencia contra sus eventuales adversarios políticos.
Su presidencia también se vio marcada por la creciente crisis económica de Zimbabue, donde sus habitantes en promedio son 15% más pobres que en 1980.
La caída del mandatario de 93 años se vio precipitada por los enfrentamientos entre sus partidarios en la carrera por su sucesión.
Analistas consideran que sus esfuerzos por posicionar a su esposa Grace como su sucesora desencadenaron la furia en el ejército.
Lo que gatilló la crisis política y posterior intervención militar que terminó sacándolo del poder fue la destitución de Emmerson Mnangagwa como vicepresidente hace dos semanas.
Jacob Mudenda indicó que el Parlamento ya trabajaba en los aspectos legales para asegurar que un nuevo mandatario sea posesionado en Zimbabue hasta el miércoles.
La primera ministra del Reino Unido, Theresa May, afirmó que la renuncia de Mugabe "ofrece a Zimbabwe la oportunidad de forjar un nuevo camino libre de la opresión que caracterizó su gobierno".
Añadió que Reino Unido, "como el amigo más antiguo de Zimbabwe", hará todo lo posible para apoyar "elecciones libres y justas" y en la reconstrucción de la economía zimbabuense.
La embajada de Estados Unidos en Harare, por su parte, indicó que era un "momento histórico" y felicitó a los zimbabuenses que "alzaron sus voces y declararon pacífica y claramente que el momento del cambio se estaba demorando".
La principal alianza opositora de Sudáfrica, la Alianza Democrática, celebró la noticia y dijo que Mugabe había pasado de "libertador a dictador".
El prominente político opositor zimbabuense David Coltart tuiteó: "Hemos eliminado a un tirano pero todavía no a la tiranía".