Durante el encuentro el mandatario ruso ha propuesto a Assad discutir los puntos principales para la organización del proceso político en Siria y la realización del Congreso de los pueblos de Siria, informa la página web oficial del Kremlin.
Ambos líderes han señalado que la operación militar en Siria está a punto de completarse y ahora hace falta pasar a procesos políticos.
"El pueblo sirio, a través de una serie de duras pruebas, se acerca a la eliminación final e irreversible del terrorismo", celebró el presidente ruso mientras felicitaba a su homólogo sirio por las operaciones antiterroristas de su país. El líder ruso ha resaltado que el Gobierno de Siria controla más del 98% del territorio del país y que los focos de la resistencia de los terroristas se están desmoronando rápidamente.
El canciller ruso, Sergéi Lavrov, durante una reunión en Moscú, el 3 de noviembre de 2017.Rusia ve "absurdo" que EE.UU. considere legal su presencia en Siria.
Assad, por su parte, ha señalado que esperaba el apoyo de Rusia para un acuerdo político en el país. "Contamos con el apoyo de Rusia para garantizar que los actores externos no interfieran en el proceso político y que desde afuera solo apoyen el proceso que liderarán los propios sirios", dijo.
"No queremos mirar atrás. Damos la bienvenida a todos aquellos que están realmente interesados en un acuerdo político, estamos listos para entablar un diálogo con ellos", agregó el mandatario sirio.
Vladímir Putin, a su vez, ha declarado que le alegra observar la disposición del mandatario sirio "de trabajar con todos aquellos que quieren la paz y alcanzar un acuerdo".
En septiembre de 2015, Assad solicitó a Moscú apoyo militar contra el terrorismo, petición que fue aprobada de forma unánime por el Consejo de la Federación de Rusia. A partir de entonces, el despliegue de tropas rusas en el país árabe ha servido de apoyo al Ejército sirio para eliminar más del 90 % de los extremistas.
Las bajas rusas durante esta lucha contra el yihadismo se cifran en más de 30 militares, mientras que la guerra ha dejado una dramática huella en la demografía, la economía, la salud pública y la educación de Siria.