Nunca tuve el placer de conocer de conocer personalmente al destacado abogado Yuniol Ramírez, a pesar de ambos ser de San Juan y de haber estudiados ambos en la Universidad autónoma de Santo Domingo.
Pero la forma vulgar y cobarde como fue secuestrado, asesinado y tratar de desaparecer su cuerpo indica que fue planificado por anterioridad.
Quienes hicieron el papel de sicario para platicaron hacer con Yuniol lo mismo que hicieron con el también profesor universitario Narciso González en 1994l, que lo secuestraron y hasta la fecha cuyo cadáver no ha podido ser encontrado, pero tampoco nadie ha pagado por el horrendo asesinato.
En esa ocasión los que hicieron el papel de sicario, son verdaderos chapuceros, cuyos autores materiales no deben pagarles un centavo, debido a que la operación fue muy mal hecha.
Lo primero es, que el joven profesional fue secuestrado a plena luz del día en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), luego de este impartir la catedra de una sesión y haber firmado el libro.
Todo el mundo sabe que en la UASD existen sistemas de cámara de seguridad por todos los lados, por lo que si las autoridades quieren iniciar sus investigaciones, lo primero que deben hacer es investigar esas cámaras.
Pero estos sicarios tuvieron que antes de dirigirse a la Universidad a capturar a su presa se dirigieron a una ferretería que también tienen cámara, a comprar dos blocks, una cadena y un candado para asegurarse que cuando asesinaran a su presa lanzarla a las agua y que no pudiera subir jamás y así borrar todas las huellas sobre el asesinato.
La verdad que estos sicarios que actuaban por orden de un autor intelectual, después de asesinar al joven profesional ya que el mismo presenta un tiro en el ojo izquierdo optaron por salir rápido de ese cadáver que desde ese momento comenzó a pesar mucho y optaron por lanzarlo en el primer arrollo que encontraron.
Las autoridades dominicanas tienen un gran resto, no por la presión de la sociedad, sino, porque la República Dominicana no puede darse el lujo de en materia de inseguridad convertirse en lo que es Colombia y México, para solo mencionar dos países.
Las autoridades tienen la responsabilidad y el deber de decirle a ese pueblo quien o quienes son los autores intelectuales de este crimen que ha conmovido a toda la sociedad dominicana.