Pero, esta, la tierra que lograste mantener para establecer la morada de tu pueblo, siempre tendrá lugar para acoger tus símbolos, que encarnan nuestra redención, y nuestra resistencia perenne al invasor extranjero.
El archiconocido, e iracundo DiBlasio, que hoy dirige la Ciudad de New York, ahora convertido en "sabueso" ha dicho que la ciudad saldría a buscar "los símbolos del odio", en las propiedades publicas de la Ciudad, eliminando cualquier "símbolo" o escultura ofensiva.
Esto, como una aparente respuesta contra la remoción de la estatua del General LEE en Virginia, y que simplemente, ha desatado una virulenta confrontación racial que viene desde las viejas luchas antiesclavistas norte-sur de los Estados Unidos, y que es parte de su historia fundacional.
DiBlasio, ha continuado haciendo desde City Hall, lo que ha hecho siempre, ser un buen activista del "under graund", de los grupos especiales, y de los ultraliberales.
La Ciudad de New York, se ha caracterizado siempre, por ser un símbolo de la libertad, donde convive la historia secular y las vanguardias que impulsan la modernidad.
Sus estatuas, sus parques, sus museos, no son parte de una lucha fratricida que divide a las comunidades. Son parte además de toda una diversidad cultural que refleja la historia y que se difunde cultural y turísticamente.
Esos símbolos no representan el odio que quiere perseguir el iracundo DiBlasio.
El Dr. Michele Bogart de la Stony Brook University, experto en monumentos públicos, asombrado ha manifestado que "nos estamos destruyendo a nosotros mismos".
La Ciudad de New York tiene cientos de monumentos de figuras locales, nacionales y mundiales, que reflejan su propia historia, la de su ciudad, en homenaje a ciudadanos eméritos, y también reflejan la cultura de paz, de relaciones de amistad con otros pueblos.
Tienen una estatua ecuestre de Theodore Roosevelt, flanqueado por las figuras de un nativo indio americano, y de un africano, que simbolizan la "unidad de razas", visión de un Presidente progresista de los Estados Unidos.
También estan las estatuas de Henry Ward, abolicionista y orador, opuesto a la esclavitud; la de Benjamín Franklyn, padre fundador, inventor, a quien seria muy difícil regatearle méritos.
Hay una estatua de Don Cristóbal Colon, como explorador italiano de las Américas, levantada en Colombus Circle en el año 1892, antes de que muchos activistas del resentimiento llegasen a New York.
La estatua de Washington, levantada en 1856. Nada que agregar.
La estatua de Don Fiorello La Guardia, alcalde de New York, del 1934 al 1945, creador de muchas de las actuales infraestructuras de la ciudad, y cuyo nombre tambien lleva uno de los aeropuertos domésticos de la Ciudad.
La estatua del Dr. Marion Sims, pionero de la ginecología; la del mítico General Sheridan, héroe de la guerra civil; la de Samuel Sullivan, congresista por 15 periodos, antiabolicionista; la estatua de Webster, senado… Leer más