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Por David López

Isabel de la Cruz incansable diputada


En la cámara baja permanece un selecto grupo de mujeres que son diputadas todas las horas del día y parte de la noche. Al año son contadas sus excusas tanto para los trabajos de comisiones como para su asistencia a la sala de sesiones. Durante su permanencia en esta parte del Primer Poder del Estado, su rendimiento habla por ellas.

Podríamos hacer mención de por lo menos diez damas con esos niveles de responsabilidades, de los últimos periodos legislativos. En cambio, de las legisladoras que en agosto próximo cumplirán su primer año, en justicia, todavía no es tiempo de hacer una evaluación de su trabajo legislativo y de representación. Ciertamente, tenemos amplias esperanzas en una considerable representación de ellas.

De las primeras si podemos hacer juicios de valores. El hecho de que en las pasadas elecciones congresionales, resultaran reelectas por sus circunscripciones y provincias, es un elemento irrefutable de la calidad del trabajo legislativo y de su entrega al trabajo social y comunitario de estas diputadas. Isabel de la Cruz.

De esa selección de digna representes de la mujer dominicana en el Congreso Nacional, en esta entrega solo nos referimos a la diputada del Partido de la Liberación Dominicana, por la provincia de Santo Domingo, en representación del municipio Santo Domingo Este, Isabel de la Cruz.

Educada, capacitada, decente, humilde, solidaria y sumamente trabajadora. Pero más que todo, este es el móvil de este trabajo, Isabel de la Cruz, es una diputada sumamente laboriosa. Trabaja incansablemente.

Recientemente, visitamos su oficina de la cámara baja, con la solo intención de saludarla, ya que disfrutamos al escucharla, no para disfrutar de la hermosa sonrisa con la que siempre recibe a la gente, sino para conocer su estado de ánimo y sus planes futuros en favor de los hombres y mujeres de la circunscripción político-electoral que representa en la Cámara de Diputados.

Tremenda sorpresa. “Amigo David López, planes futuros no, acciones presentes sí”. Isabel, pero después de las pasadas elecciones ningún legislador o legisladora, está en eso, todos están en receso con ese tipo de actividades, que solo les causan gastos innecesarios, en estos tiempos que no son de campaña, le respondí.

Sorpresa mayor ante su respuesta. “Pero tu eres de los pocos periodista que me conoce bien, me sorprende eso, para ayudar a mis compañeros y a mis compañeras, a las personas que vienen aquí, que van a mi casa, o la fundación, a las juntas de vecinos, y a organizaciones de carácter social y comunitario, a mí no me importa que estemos en campaña o no, a mí solo me interesa servirle todos los que residen en mi municipio, sin importarme colores ni religión, a todos mis semejantes, tú me conoce”. Así es, le dije.

Premio a la nobleza No más magistrado, solo se me ocurre, ante estas expresión llena de verdad y sinceridad, su señoría, que le solicite, vía una sentencia de este justo y alto tribunal, que el Congreso Nacional, legisle en el sentido de instituir un premio a la legisladora que al mismo tiempo que es dueña de unas relaciones humanas exquisitas, a imitar; que cumple a plenitud con sus responsabilidades tanto en las comisiones de trabajo a las que pertenece, como en el hemiciclo cameral, siente las necesidades de sus semejantes como si fueran sus propias carencias.


“A Isabel de la Cruz, por su se entrega repleta de amor y llena de entusiasmo, a servir al prójimo, sin importarle banderías políticas, y por cumplir fielmente con las responsabilidades que le asigna la Constitución de la República, como diputada y el servicio les brinda a los habitantes del municipio Santo Domingo Este. Isabel de la Cruz incansable diputada


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