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Por Johnny Arrendel

Felucho Jiménez es un sujeto políticamente acabado y su debacle viene de lejos.


Felucho Jiménez es un sujeto políticamente acabado y su debacle viene de lejos.

Se inició cuando declinó asumir la candidatura a síndico de la Capital por el PLD en 1998, aunque estaba bien posicionado.

Entonces lo peledeistas se dieron cuenta de que Jimenez había elegido terminar su carrera política para dedicarse a los negocios, a ser un empresario.

Nadie puede negar que Felucho es uno de los principales constructores del PLD, fue uno de los dirigentes más jóvenes del PRD que acompañaron a Juan Bosch en su renuncia en 1973.

Pero a partir de 1990, cuando sectores balagueristas perpetraron un fraude colosal contra el triunfo de Juan Bosch, ciertos peledeistas cambiaron de estilo de vida.

Entre ellos Felucho Jiménez, que con su empresa inmobiliaria tuvo problemas hasta con usuarios como sus compañeros peledeistas Luis García y Odalis Roa, periodistas.

Esos colegas denunciaron que Felucho les vendió solares que nunca les entregó. Y que incluso, los negocio al mismo tiempo con otros clientes.

Felucho no quiso candidatearse a alcalde para seguir como secretario de Turismo.

Luego volvió al Ministerio pero los empresarios del sector pidieron al entonces presidente que les cáscara del cargo a ese competidor.

Antes, surgieron unos cables de wikilie que le comprometían, pero eso no pasó de ahí.

Hace tiempo que Felucho dejó de ser un ente productivo y útil en política. Ocupa un asiento en el Comité Político del PLD para nada, solo por su pasado.

Ahora anuncia que saldrá de ese organismo y del activismo en 2020. Para bien del PLD debería adelantar ese paso.

Y es que Felucho ya no tiene incidencia política, no dirige ni influye a nadie.


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