La Organización Mundial de la Salud, ha elegido para conmemorar el día mundial de la salud 2017, el tema de la Depresión, una enfermedad que afecta más de 300 millones de personas en el mundo, afectando más al sexo femenino y quienes la padecen pueden llegar al suicidio.
La depresión es un trastorno mental que produce perdida de interés en las relaciones interpersonales, académicas, laborales, puede afectar cualquier segmento de la población, los adolescentes y los adultos mayores son los más afectados.
Los síntomas de la depresión entre otros son, apatía, tristeza, agotamiento, fatiga, dolores de cabeza y musculares, cuando se trata de los envejecientes se considera normal, y no le prestamos la atención debida y por eso muchas veces el diagnóstico se hace tardío.
Por los cambios que surgen en las personas de la tercera edad, donde cesan en su labor productiva, aumenta la incidencia de enfermedades crónicas, los hijos se van de la casa, fallecen sus amigos, puede aparecer la depresión. También existen enfermedades que provocan depresión como el cáncer, Parkinson, Accidentes Cerebro Vasculares (ACV) Alzheimer, algunos trastornos tiroideos etc.
También en este segmento de la población se utilizan medicamentos para dormir y existen evidencias de que los mismos provocan o aumentan los síntomas de la depresión.
Es importante destacar que debemos estar atentos ante cualquier cambio de ánimo o comportamiento en nuestros envejecientes, también debemos eliminar el estigma frente a la depresión y los trastornos mentales porque el ser humano es integral y sus componentes son biológico, psicológico y social, por lo que las enfermedades psicológicas deben ser abordadas sin estigma ni prejuicios.
Existen medicamentos para el tratamiento de la depresión que han dado buenos resultados sobre todo cuando es detectada tempranamente.
Los expertos en salud mental recomiendan, que para evitar la depresión en nuestros envejecientes debemos:
No dejarlos solos por mucho tiempo
Ponerlos en contacto con sus familiares y amigos
Realizar caminatas y paseos con frecuencia
Evitar que ingieran medicamentos para dormir sin prescripción médica y sin control.
Demostrarle afecto continuamente
Involucrarse en alguna actividad u oficio
No considerar los cambios de ánimo como normales.
Al hablar de depresión no olvidemos a nuestros envejecientes, pues en el declive de la vida esta terrible enfermedad puede atraparlos.