Por nueva vez militares y policías patrullan las calles del país.
La diferencia ya se siente, menos atracos, menos delincuencia, vuelve aunque sea momentáneamente la tranquilidad entre los dominicanos.
Es que esto no puede ser un operativo emotivo, sino un plan permanente de tal manera que aunque cueste, hay que darle vida a los ciudadanos que se sientan seguros en sus casas y en las vías públicas.
El gobierno no debe escatimar esfuerzos para que los habitantes de pueblos y ciudades sientan que están protegidos.
Esa es la responsabilidad básica del Estado, por tanto el presidente Danilo Medina debe tomar esto como una prioridad nacional.
Los retenes policiales si se saben manejar alejan a los delincuentes de sus centros de delitos.
Los mantienen recogidos porque a la par de mantener los perímetros de seguridad la justicia tiene que hacer su papel.
Es decir el Código Procesal Penal no se puede interpretar siempre a favor del delincuente sino a favor de los ciudadanos.
Como es posible que cualquier matón de poca monta tenga diez y quince expedientes solo por el hecho de que un juez entiende que supuestamente se le violan sus derechos o no se tengan las pruebas en las manos.
No debemos comportarnos como simuladores a la hora de aplicar justicia, esta debe ser para todos, para ricos y para pobres que delincan.
Lo que ha estado pasando en el país es para reflexionar, este nuevo patrullaje mixto realizando sin abusos contra los dominicanos y extranjeros que vivan aquí no debe ser un operativo.
Si los resultados concluyentes son positivos mantengamos esto por siempre, es una exhortación al gobierno que debe cuidar a sus ciudadanos.
Desde ya se siente la diferencia, no es que vaya a finalizar la delincuencia de un día para otro pero debemos reflexionar en cuanto a que todos debemos residir de manera tranquila y en paz en este territorio que se llama República Dominicana.