Cruzar a nado el río Bravo, frontera natural entre Estados Unidos y México, podría haberse convertido en una nueva vía para que los cubanos entren subrepticiamente a EEUU tras el fin de la política de pies secos/pies mojados en enero pasado.
Niuvis Ramos, una migrante cubana detenida durante semanas en el Centro T. Don Hutto en Taylor, Texas, dijo a el Nuevo Heradl que varias de las casi 40 compatriotas que estaban junto a ella en el centro de detención del servicio de Aduanas e Inmigración de Estados Unidos habían escogido el mismo camino que miles de migrantes centroamericanos en su desespero por llegar “a tierras de libertad”.
“Algunas de ellas al ser detenidas por la patrulla fronteriza demostraron miedo creíble a regresar a Cuba. Ahora esperan defender su caso ante un juez en Estados Unidos”, dijo Ramos, recientemente liberada tras semanas de detención.
La Policía de Inmigración y Aduanas (ICE) declinó hacer comentarios sobre las entradas de cubanos “mojados” desde México y refirió las preguntas a la Patrulla Fronteriza.
El vacío creado tras la repentina derogación de la política pies secos/pies mojados el pasado enero, junto al cierre de las fronteras de Estados Unidos a los migrantes indocumentados cubanos, dejó a Ramos y a más de una decena de isleños con la puerta en las narices y la frontera mexicana a sus espaldas.
“Querían que regresáramos a México, pero les dijimos que no, que nosotros habíamos entrado antes de que la política migratoria cambiara, que no era nuestra culpa que no nos procesaran antes”, añadió.
Una mujer cubana denunció que su hijo se encuentra detenido en Tapachula, en el sur de México, desde el 29 de diciembre. Cientos de cubanos quedaron varados en México sin poder entrar a Estados Unidos desde la eliminación de la política de pies secos / pies mojados en enero pasado, uno de los últimos actos de gobierno del presidente Barack Obama.
Aunque Ramos logró obtener su parole, espera por la liberación de su esposo Rismari Manuel Torres, quien junto a otros nueve hombres y dos mujeres lucha desesperadamente por demostrar que llegaron apenas unas horas antes de la decisión del presidente Barack Obama.
“Ellos estaban en los puestos migratorios en el momento de la Obamada”, relata Irina Feijóo, esposa de Adalberto Agramonte y quien llegó a Estados Unidos apenas unos días antes del fin de la política migratoria que beneficiaba a los cubanos, respaldada por un pasaporte portugués, heredado de su abuela.
“Aunque habían entregado todos los papeles y llegaron antes de las 4:30 pm, los oficiales de la frontera no los procesaron porque habían recibido órdenes de detener el flujo de cubanos”, añade.
El abogado de inmigración Jorge Rivera, quien asumió la defensa de estos cubanos, se mantiene muy optimista sobre el caso.+
“Hemos establecido un precedente con el caso de la cubana Jennifer López, que llegó el día 11 a la estación migratoria pero no fue procesada hasta después del fin de la política pies secos/pies mojados”, explica Rivera.
Tras probar que López estaba en territorio norteamericano antes de finalizada la política de acogida, le fue otorgado un parole, con el cual podrá esperar hasta el año y un día en que se convierte en elegible para regular su estatus legal bajo la Ley de Ajuste Cubano de 1966.
“Esa es nuestra estrategia para salvar a los últimos cubanos que llegaron a Estados Unidos bajo la administración Obama”, dice Rivera, que actúa pro-bono en la defensa de los migrantes.
La familia Agramonte Feijóo viajó miles de kilómetros y tres continentes para llegar a Estados Unidos.
El hombre, de 52 años y su esposa que era médico de profesión en Camagüey, en el centro de Cuba, llegaron a Europa en 2010, amparados por la ciudadanía lusa de Feijóo y tras dos intentos de escape en balsa hacia Estados Unidos.
“Comenzamos a trabajar en España y a reunir algún dinero para continuar el viaje a Estados Unidos. Allí nos agarró la crisis económica que nos dejó sin empleo y tuvimos que marcharnos a Ecuador”, dice.