Santo Domingo.-A pesar de haber transcurrido siete años del terremoto de 7.3 grados ocurrido en el vecino país de Haití, en la empobrecida nación aún persisten las precariedades y aun cientos de haitianos permanecen refugiados en campamentos.
Al cumplirse siete años, que esa nación fuera afectada por un terremoto sus autoridades y la comunidad internacional es poco lo que ha hecho para la recuperación de su estructura.
De acuerdo con un reportaje de Associated Press, de diciembre de 2016, unos 50,000 damnificados del terremoto del 2012 siguen en los 31 campamentos que se instalaron en los días y semanas posteriores al desastre. La cifra de muertos continúa sin ser precisa. En las primeras semanas se contabilizaron unos 150,000 muertos, cifra que luego se calculó en más de 200,000. Un año después, el entonces primer ministro haitiano Jean-Max Bellerive ofreció la cifra oficial de 316,000 fallecidos y los heridos llegaron a 350 mil, muchos de ellos atendidos en República Dominicana.
En cuento a las pérdidas económicas, las autoridades haitianas estimaron para marzo de 2010 que alcanzaron unos US$8,000 millones y que Haití necesitaba US$11,500 millones para su reconstrucción, proceso que no ha estado excepto de criticas por los manejos de los fondos tanto por las ONG como por el gobierno.
Un país frágil ante fenómenos naturales
El terremoto del 2010 y el huracán Matthew en 2016 han puesto en evidencia la vulnerabilidad de Haití, donde hacinamiento y la deforestación deja a su población a expensas de las peores consecuencias. A esto se suma la pobreza -con una tasa de 58.5, según el Banco Mundial- como un elemento que fragilidad, acentuada por la corrupción y la inestabilidad política.