Puerto Príncipe, Haití.- Manteniendo su postura de las anuladas elecciones del año pasado, los votantes haitianos parecieron mirar más allá de una clase política propensa a las intrigas para escoger a un candidato nuevo que dirija al dividido país como presidente los próximos cinco años.
Jovenel Moise, un empresario que suele mostrar un tono optimista, dijo que está deseando enfrentar el desafío de construir un consenso con el Parlamento y ayudar a arreglar una cultura política en permanente guerra contra sí misma.
"Trabajo duro por estar cerca del Parlamento porque no hay forma de que un presidente pueda trabajar sin diputados, sin senadores", dijo Moise en su primera entrevista con una agencia internacional de noticias desde que las autoridades electorales publicaron los resultados preliminares de las elecciones del 20 de noviembre, que apuntaban a una victoria abrumadora de Moise.
Si los resultados preliminares se mantienen tras las reclamaciones de tres de sus rivales más cercanos en las próximas semanas, Moise ganó la presidencia con un 55,6% de los votos en una contienda entre 27 candidatos. Logró 385.000 votos más que su competidor más cercano, Jude Celestin, que logró el 19,4% de los votos.
El consejo electoral de Haití no certificará los resultados preliminares hasta que todos los desafíos se hayan resuelto en un tribunal especial. Los ganadores de la votación se certificarán el 29 de diciembre.
En unas elecciones presidenciales celebradas en octubre de 2015, Moise terminó primero entre 54 candidatos en la primera ronda, después de que la televisión y la radio haitiana se vieran inundadas durante semanas con anuncios del candidato, respaldado por el gobierno. Es un empresario del norte de Haití y nunca había optado a un cargo electo hasta que fue elegido personalmente por el presidente saliente, Michel Martelly, para ser el candidato del partido Tet Kale.
Sus rivales se apresuraron a denunciar supuestos fraudes del consejo electoral haitiano y la plataforma de Martelly. Grupos de derechos, observadores locales y otros hicieron acusaciones similares. Los resultados en disputa se anularon tras una revisión de una comisión haitiana especial.
Algunos críticos siguen viendo con recelo su ascenso al poder y sugieren que Martelly utiliza al candidato como hombre de paja. Moisé rechazó las críticas entre risas, señalando que se debe principalmente al esnobismo de la élite política en la capital.
"En Haití, cuando vienes del campo, la gente aquí en Puerto Príncipe cree que lo sabe todo. Pero eso no es cierto, y yo soy el ejemplo. En el campo también hay gente buena, con conocimiento, con visión, con capacidad", explicó en una entrevista en su oficina de campaña.
El empresario, de 48 años y padre de tres hijos, señaló que Martelly será un asesor cuando sea presidente y que quiere estudiar los éxitos y errores de su predecesor. Otros presidentes anteriores servirán también como asesores, señaló.
Sus prioridades para reforzar al país más pobre del hemisferio Oeste se plasman en un plan centrado en agricultura, educación, reforma energética e inversión extranjera.
Reavivar un entorno rural hundido en el plano económico, incluida la región suroeste de Haití devastada el mes pasado por el huracán Matthew, es quizá su principal objetivo, y ha hablado en varias ocasiones de la agricultura como el motor de la frágil economía de su país.
Aunque casi el 80% de los hogares rurales tienen cultivos, la agricultura recibe menos del 4% del presupuesto del gobierno pese a la persistente letanía de desastres naturales que afecta a la mayoría de agricultores de subsistencia.
Durante su campaña, Moise promocionó su experiencia empresarial agrícola como su principal atractivo.
En 2014 creó Agritrans, un emprendimiento conjunto con el gobierno para exportar bananas, a partir de un terreno de 1.000 hectáreas (2.470 acres) en el nordeste de Haití con un préstamo de 6 millones de dólares aprobado por el gobierno de Martelly. Se refiere a sí mismo con orgullo por su apodo de campaña, "Neg Bannan Nan", o "Hombre Banana" en creole haitiano.
Su primera empresa fue una compañía de piezas de automóvil en Port-de-Paix y también distribuyó agua potable y creó un proyecto para llevar energía renovable a varias localidades.
Su primer obstáculo es superar las reclamaciones electorales de otros candidatos. Las autoridades electorales indicaron que investigarán todas las acusaciones de irregularidades.
Un Consejo Electoral Provisional se ha esforzado para demostrar que las elecciones del 20 de noviembre, organizadas en su mayor parte con recursos locales, fueron limpias, en un país donde las acusaciones de amaño y fraude electoral han sido habituales desde hace tiempo. Pero tres de los nueve miembros del consejo declinaron firmar el recuento preliminar y uno de ellos dijo a una radio local que se sentía "incómodo" con los resultados.
Un equipo de observadores de la Organización de Estados Americanos indicó el martes que sus estimaciones estaban en línea con el recuente preliminar de Haití.
Robert Fatton, profesor de política en la Universidad de Virginia nacido en Haití, dijo que no le sorprendió que las facciones políticas derrotadas denunciaran amaño de votos. "Es la forma tradicional de lidiar con la derrota en Haití", señaló.
A pesar de algunas irregularidades y problemas logísticos, Fatton señaló que a pesar de algunas irregularidades y problemas logísticos, prácticamente todos los observadores, nacionales y extranjeros, percibieron los comicios como justos y libres.
"Las próximas semanas y meses serán accidentadas y pondrán a prueba la faceta de estatista de Jovenel Moise y su capacidad de llevar el país en una trayectoria nueva y esperanzadora", dijo.