Por Marino Ramírez Grullón
Con sobrada razón el Presidente Danilo Medina criticó en su discurso ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas lo que llamó hipocresía de los países más industrializados para con la aplicación de los Tratados de Libre Comercio y la libre circulación de mercancías.
Nuestro país es víctima de esa situación ya que se prestó a firmar un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica donde no se ha visto ninguna ganancia de causa del mismo.
En este caso los negociadores se engañaron o se dejaron engañar de los representantes estadounidenses sobre el TLC-CAFTA-RD ya que firmaron todo ante la supuesta premura de sacar ventajas de ese acuerdo.
Los resultados a largo plazo han sido totalmente negativos, Estados Unidos como potencia industrial y comercial ha impuesto sus productos, subsidia a sus productores agrícolas en perjuicio de los demás países del Cafta todos pobres y hasta Centroamérica está por encima de Dominicana en cuanto a inversiones en la región.
Empresarios de varios renglones han invertido en Dominicana mientras que de aquí para allá no se promueven capitales criollos mucho menos productos agrícolas o industrializados.
La principal víctima del ese Tratado ha sido este país y el Presidente Danilo Medina se ha pronunciado aunque un poco tarde sobre esa situación.
Tenemos poca soga por donde cortar, ya el golpe está dado y sólo nos queda denunciar.
Traduciendo esto al consumidor, este ha sido el más timado con el Tratado ya que cada producto de manufactura norteamericana que llega es cargado con tal cantidad de impuestos que el precio es inalcanzable.
Incluso empresarios e importadores criollos se han aprendido el truco y productos que llegan con las marcas del TLC también son cargados de impuestos aunque sean de segunda mano, las autoridades oficiales no hacen campañas sobre esos beneficios y la población no sabe nada.
Por tanto el discurso presidencial en la ONU siempre será bienvenido en cuanto denuncia las maniobras de los países ricos para subsidiar a sus productores en detrimento de los agricultores locales, pero al final no se puede hacer nada.
Los que saldrán perdiendo son los países pequeños, más que eso sus productores incluyendo a los consumidores que es la gran masa que aporta al destajo el dinero que sirve para hacer los grandes negocios.
Se supone que este Tratado con Estados Unidos y Centroamérica tendrá que ser revisado y que se interponga el interés nacional por sobre los de grupo, pero sobre todo que a quienes les toque revisar no se dejen presionar por las circunstancias o por sus interlocutores del momento.