Hace unos años cuando pensábamos en China y sus productos, siempre los comparábamos con los que llegaban de Estados Unidos o Europa y no precisamente para bien, para nosotros el gigante asiático era sinónimo de mala calidad y equipos que eran verdaderos cachivaches fabricados por millones de obreros que trabajaban como esclavos en fábricas sin ningún tipo de seguridad, pero además que eran fuente de contaminación al medio ambiente, es decir, un país en franca expansión basado en su enorme población.
Lo que hemos descrito tiene mucho de verdad, China posee algunas de las ciudades más contaminadas del planeta, es considerada la fábrica del mundo porque dentro de ella se transforman materias primas de todo tipo que es exportada a todos lados en forma de productos de consumo que son los que mantienen la economía mundial funcionando y creciendo, incluso muchos países en vías de desarrollo dependen del crecimiento de la economía china para poder crecer ellas mismas y los ejemplos sobran.
Para nadie es un secreto que la caída de las economías sudamericanas, muy especialmente Brasil y Argentina, tiene su origen en la disminución de la demanda de China por la ralentización de su crecimiento económico, cayó en los últimos años la demanda de la soya y la carne, productos esenciales en el renglón de las exportaciones de ambos países, lo que junto a otros factores estructurales de tradujo en una caída importante del PIB en manos países.
Solo que China va saliendo del estereotipo de ser un país solo consumidor de materias primas y productor de lo que otros inventan en los centros de innovación mundial ubicados en los países del mundo desarrollado, para convertirse en un gigante del mundo tecnológico, es un país que ya compite con las grandes marcas mundiales que hasta ahora han dominado este ecosistema que se va creando alrededor de la innovación y creación de productos que simplifican la vida de los seres humanos.
En China se está produciendo una revolución en términos tecnológicos que incluso ya va por delante de muchos de los países que se supone son la vanguardia en este aspecto, es más, mientras muchos pensamos de este lado del mundo que Amazon es la compañía más grande en comercio electrónico en el planeta, la verdad es que Alibaba, que es una compañía China que incluso ya cotiza en la bolsa estadounidense la supera en cantidad de transacciones.
China se acerca rápidamente a ser el país líder en volumen de compras por vía electrónica, con todo lo que esto implica en términos de logística y corredores de transporte de productos por aire, mar y tierra; se calcula que el 45% de las transacciones comerciales se realizan por vía electrónica en el gigante de Asia, en términos de volumen este mercado es más grande que los de Japón, Estados Unidos, Alemania, Francia e Inglaterra juntos, simplemente el peso de una población de 1,400 millones de personas se impone.
No puede ser extraño que esto esté sucediendo en un país como China donde el número de usuarios de internet está por encima de los 700 millones de personas, esto quiere decir que los que tienen acceso a este escenario de comercio global es mayor que los de Estados Unidos y la Unión Europea sumados, ni hablar de los que tienen acceso a internet en Latinoamérica donde la brecha digital es más amplia, solo este número da una idea de lo enorme que es este mercado y del lugar hacia donde deben dirigirse los esfuerzos de los que pretendan vender productos en este mercado.
A pesar de que cualquiera que haya visitado China o esté informado sobre el tema tecnológico conoce de la censura que se ejerce sobre compañías tan populares en occidente como Google, Youtube, Facebook, Whatsapp, etc., también es verdad que cada una de ellas tiene un símil que funciona en ese país, que existen los llamados VPN que burlan los bloqueos de estas páginas, porque es una realidad que el internet no lo domina nadie, y que la censura está dirigida a temas de Índole de política interna pues no se puede olvidar que en China existe un régimen de partido único y teóricamente un régimen comunista.
Y esto es importante tenerlo en cuenta porque desde Pekín el gobierno promueve el desarrollo de la economía digital, el desarrollo de internet, la evolución del país al uso de nuevas tecnologías es tal que China se ha convertido en el corto plazo de 10 años en uno de los países con mayor penetración digital, pero muy especialmente para el comercio, se calcula que más del 50% de los comercios al por menor venden a través de internet.
El que tenga dudas solo tiene que abrir la página de ventas de Ebay, una de las más grandes del mundo occidental, y verá de la inmensa cantidad de comerciantes chinos que ofrecen productos de todo tipo en las subastas que por millones se realizan todos los días en esta compañía que se especializa en poner en contacto a alguien que quiere vender con otro que quiere comprar y cobra un pequeño margen por este servicio.
China es hoy el país líder en la tecnología aplicada al comercio y a los servicios financieros, de tal modo que las transacciones vía internet son las más importantes del mundo, según lo publicado por el Foro Económico Mundial para el 2016 se realizaron pagos móviles equivalentes a 5.5 trillones de dólares, lo que es 50 veces más que lo que se hizo en los Estados Unidos que fue de 112 billones de dólares, solo esto da una idea de las enormes oportunidades que ofrece este mercado.
Pero además es un país donde crece cada día una clase media que está ávida de productos y servicios que hasta hace poco tiempo eran inaccesibles, y si, productos y hábitos de lujo como el fumar puros, lo que es un signo de estatus en cualquier parte del mundo, este es un producto donde somos líderes mundiales en calidad y cantidad y como muy bien respondió Danilo ante la pregunta de Xi Jinping la gente que los fuma no pregunta el precio sino la calidad del tabaco con que va a echar humo.
En cualquiera de las muchas revistas o periódicos que tratan aspectos económicos se pueden encontrar estas y muchas otras informaciones sobre las oportunidades que se abren a los países que se han atrevido a hacer negocios con China y el resto de Asia, pues la verdad es que el lejano oriente se ha convertido en la fuente de riqueza de muchos países occidentales e incluso de África, hasta hace muy poco tiempo un continente olvidado e integrado por muchos de los estados fallidos más conocidos del mundo.