NUEVA YORK.- El presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Federico Antún Batlle, expresó aquí que esa entidad política está dispuesta asumir las luchas a favor de los dominicanos residentes en el exterior.
“No se puede seguir viendo a los quisqueyanos del exterior como vacas lecheras, por eso el PRSC, consciente de su importancia y sobre todo de su peso en la economía nacional, ha decidido iniciar un proceso de acercamiento y consulta con los distintos actores sociales que componen la comunidad criolla en ultramar”, dijo.
Hablando durante una rueda de prensa el pasado fin de semana en el restaurant 809, en el Alto Manhattan, en compañía del empresario Carlos Gómez, el presidente de la filial, Orlando Rosado, y la dirigente Elida Almonte, precisó que el partido se propone incorporar en su plataforma de gobierno la modificación de la Ley 168-67, sobre beneficios de importación de vehículos exonerados para los dominicanos que viven en el exterior, porque es muy obsoleta, con 51 años.
Asimismo, reducir las altas tarifas consulares, devolver parte de los impuestos recaudados en facilidades de estudios para sus hijos y demás criollos; creación de un fondo especializado para impulsar la inversión, la productividad de los dominicanos en el exterior, además deben tener facilidades para recibir atenciones médicas en el país.
Expresó que no es justo siendo las remesas el segundo renglón más impactante en nuestra economía, aportando sobre el 8 % del Producto Interno Bruto (PIB), eso sin medir todo lo que se agrega a través de otros envíos familiares como ropas, comida, medicinas, libros y útiles deportivos, entre otras cosas, los dominicanos del exterior no reciban grandes incentivos.
Añadió que otros sectores en el país reciben incentivos como es turismo, las zonas francas, las telefónicas, transporte, y la industria de la construcción, entre otros sectores.
Precisó que el año pasado los dominicanos del exterior aportaron 5,912 millones de dólares, un monto mayor que el sector de zona franca, que aportó 5,695 millones de dólares, y apenas 1,263 menos que el sector turismo, al que le han dado todos los incentivos del mundo.
Manifestó que se puede decir que los dominicanos de ultramar, en todo el sentido de la palabra, constituyen una industria y no cualquiera, sino la segunda de mayor importancia en nuestra economía.
“Por lo tanto, la comunidad no puede seguir siendo tratada de soslayo y otorgándosele pequeños incentivos que no representan nada, comprando con el enorme esfuerzo y los valiosos aportes de nuestra dominicanidad en el exterior”, sentenció el alto dirigente político.