La literatura relacionada con la conducta de los seres humanos, sus relaciones sociales y las expectativas que tenemos para el futuro, es cada vez más abundante en cuanto a la preocupación que existe acerca de esa extensión de nuestro cuerpo que ahora se llama teléfono móvil o teléfono celular.
Cuya relación con nosotros ya hasta ha sido descrita a través de algunos términos nuevos de problemas conductuales como el de ¨nomofobia¨, que viene de la combinación ¨no-movil-phone¨ describe el miedo irracional a quedarse sin teléfono móvil.
Pues la firma de móviles Motorola contrató a la Doctora Nancy Etcoff, quien es una autoridad mundial en los estudios de la conducta relacionada con la mente y el cerebro además de investigadora sobre las ciencias de la felicidad de la Universidad de Harvard, para que realizara ¨un estudio global sobre el impacto que tiene el teléfono celular sobre nosotros mismos, nuestra relación con los demás y además con el entorno físico y social que nos rodea¨.
Los resultados son sorprendentes porque se repiten no importa el lugar del mundo en que se estudie la conducta de las personas que están habituadas a los celulares, existen serios problemas de cambios de comportamiento inconsciente y una serie de malos hábitos que se van desarrollando a medida que el teléfono móvil se va convirtiendo en un objeto tan adictivo como una droga narcótica, el tabaco, el alcohol o la adicción al juego, porque el mecanismo de satisfacción o insatisfacción que se produce en el cerebro es muy similar a estas sustancias o costumbres.
Se demostró que muchos usuarios ponen en primer lugar el uso del teléfono a las relaciones con sus seres queridos, llegando muchos de ellos a admitir, cuando se les enfrenta a la realidad de sus vidas, de que necesitan ayuda profesional para cambiar hábitos que van destruyendo poco a poco sus relaciones personales, ya que pareciera que la pantalla o lo que aparece en ella es mucho más importante que interactuar con los que se supone son sus seres queridos.