Todavía Marcos Forestal no sale de su asombro y le cuesta trabajo escapar de la frustración. Una y otra vez vuelve a ver el video de su última pelea en Tijuana y no encuentra una explicación para entender la manera en que hoy aparece una derrota en su hoja de servicios.
El cubano fue descalificado cuando quedaban apenas segundos antes de que finalizara su combate de sábado en la noche frente a José Suárez por el uso indebido de los hombros, de acuerdo con las palabras del propio Forestal, aunque el tercer hombre le también le reclamó por golpes bajos.
"Me descalificaron porque dicen que había golpeado con los hombros'', comento desde San Diego Forestal. "Yo estaba dominando el combate y de pronto veo que el árbitro levanta los brazos y hace la señal de que todo terminaba. De verdad que me siento muy mal con todo esto''.
Forestal reconoció estar muy contrariado por lo que calificó de injusticia y su equipo de trabajo hará todo lo posible por pedir una revisión de este resultado e intentar cambiar una decisión que mancha su record.
Cortesía del propio Forestal, en el video del combate no se percibe ninguna anomalía de parte del cubano, quien parecía estar conectando los mejores golpes y utilizando mejor los movimientos en el ring para sacar ventaja.
Suárez intentaba acosar a Forestal con andanadas de golpes, pero este sabía cómo escurrirse y contragolpear, de ahí que sorprendiera la forma en que este juez detuvo las acciones y descalificó al púgil visitante en el sexto y final asalto.
"Creo que se ha sido muy injusto conmigo'', recalcó Forestal. "El boxeo a veces te rompe el corazón. ¿Cómo puedes confiar en la justicia de este deporte? Me siento muy molesto con todo lo que ha sucedido''.
El cubano, que estrenaba un nuevo equipo de trabajo, abandonó en abril del 2014 una escuadra nacional que asistía a un torneo de la Serie Mundial de Boxeo con sede en los Estados Unidos.
Como otros compatriotas suyos, Forestal decidió marcharse de Miami y ahora se ha establecido en San Diego, donde entrena con el mexicano Carlos Barragán, con quien dice sentirse a gusto.