NUEVA YORK.- Cientos de dominicanos que asistieron el pasado domingo a la funeraria Ortiz de Broadway con la calle 192 en el Alto Manhattan, a darle el último adiós a la salcedense María Altagracia Castro, de 79 años, mostraron su indignación y condena por la irresponsabilidad del establecimiento de enviar otro cadáver al salón A con la “mortaja” y caja perteneciente a la fenecida real.
La situación creó un asombro extraordinario para sus 10 hijos, familiares, amigos y conocidos que esperaban su cuerpo para darle el último adiós a partir de las 4:00 de la tarde, pero no fue hasta dos horas después que llevaron el cadáver de una desconocida, también dominicana, con 22 días de muerta y de nombre María.
Inmediatamente fue retirado por personal de la funeraria y fueron a buscar el de Castro al depósito principal de cadáveres, ubicado en la calle 149 en El Bronx, pero allí no apareció y se dirigieron a la “Rivera”, en la avenida Bathgate del Bronx, porque esta y otros 15 establecimientos de esa naturaleza en la ciudad son propiedad de la misma persona.
"Allí estaba el cadáver de mi madre, tirado como Dios la trajo al mundo, con insectos y roedores de acompañante en un cuarto oscuro, como un animal en ese baseman", explicó su hijo Miguel Paulino Castro, presidente de La Orden Fraternal de Policías del Estado de Nueva York y ex presidente de la Asociación de Policías Dominicanos en NY, quien dijo estar traumatizado al ver su madre en esas condiciones.
No es la primera vez que algo similar pasa en esa funeraria entre familias dominicanas, expresaron algunos de los asistentes.
"La administración de la funeraria ordenó reemplazar la caja y los familiares vestirla. Es un caso que no le deseo ni al peor ni los enemigos", dijo el ex oficial.
Entre llanto, dolor, traumas, desconsuelo y frustracción, la prestante dama recibió cristiana sepultura este lunes en el cementerio Oakland, ubicado en Saw Mill River Rd en Yonkers.