Santo Domingo.- El obispo de la diócesis de Baní, monseñor Víctor Masalles, consideró que se debió tener cautela con las jornadas que realizó en el país el llamado profeta TB Joshua, al asegurar que éste es un exponente de la “histeria colectiva”.
Masalles, que dentro de la iglesia Católica lleva la vocería en el tema de la familia, dijo que el pastor africano maneja histeria colectiva, sin que se pueda verificar que hay sanación, por lo que esas manifestaciones en nada ayudan a la fe de un pueblo, en este caso el dominicano.
“Este hombre maneja una fe desarraigada del pueblo; llega, cura y se va, y deja todo revolteado, pero no necesariamente ayuda a lo que es la verdadera fe, que no es sanarse, sino comprometerse con la realidad de un pueblo”, apuntó.
Recordó que dentro de la iglesia Católica existe el Ministerio de Sanación, que por largos años encabezó el sacerdote de origen canadiense radicado en República Dominicana, Emiliano Tardiff, el cual manejaba el tema con mucho equilibrio.
“Sus sanaciones fueron verificadas muchas veces, él se cuidaba mucho de no manejar la histeria colectiva. El Ministerio de Sanación debe ser examinado, discernido y verificado”, dijo el prelado.
Masalles considera que se debe explicar con claridad quién trajo al predicador al país y por qué desde el Estado se le dio tanto apoyo.
“Ese hombre lo único que hace es manejar una sensación de que hubo sanación, todo el mundo acude, hay gente que se cae, hay casos, no sé en el caso de él, que hasta hay estafas”, aseguró.
Insistió en que se debe tener mucho cuidado, porque hay personas que pueden creer que se curaron y por lo general no es así.
“La fe de un pueblo no puede ser que un hombre te ponga la mano, te caigas y ya, vuelvas a tu casa y sigas igual de descomprometido y desarraigado de la realidad”, dijo Masalles.
El prelado consideró que se debe comprometer al cristiano a apoyar con lo que tiene, lo que se le ha dado y que sea un instrumento de interpretación de la sociedad y no centrarse en estos fenómenos de sanación.
“Yo en los videos que vi era un hombre poniéndole la mano a las gentes y eso se parece mucho a los tele-evangelistas norteamericanos, que han manejado este tipo de cosa con la histeria colectiva”, dijo el obispo de la diócesis de Baní.
Agregó que “por lo que pasó allí durante dos días, tiene que haber unas diez mil personas diciendo que se curaron y tienen que ir a su médico, vamos a verificar si eso es así”, agregó.
Insistió en que esta visita no dejó la sensación de que pasó alguien de Dios, sino una persona que se entrevistó con el Presidente, y andaba con sus propios guardias, y “ese estilo no ayuda a la fe”.