Santo Domingo.- El Gran Cuco Valoy logró que a los 80 años, varios de ellos residiendo fuera del país, convertirse anoche en el Gran Soberano, durante la edición trigésimo tercera de los premios que anualmente entrega Acroarte.
El Gran Soberano fue recibido por Valoy de la mano de Franklin León, presidente de la Cervecería Nacional Dominicana y Jorge Ramos, presidente de Acroarte.
Probablemente alguno de los vecinos de la calle Francisco Villaespesa, entre Osvaldo García de la Concha y Summer Welles, en Villa Juana, recuerde que en el número 137 residió gran parte de su vida el papá del compositor y merenguero Ramón Orlando.
Ganador en cuatro ocasiones del Congo de Oro en Colombia, el más alto premio musical por su impacto en el público de ese país, Cuco Valoy es dueño de una amplia discografía desde 1965 a la fecha.
El son, el merengue, el chachachá, la bachata y la salsa tienen en Cuco Valoy a uno de sus grandes pilares en República Dominicana y más allá.
A sus grandes méritos como músico se suma el haber sido el primero en difundir por radio, en la desaparecida radio Guarachita, el género bachata, que hoy es el más internacional de nuestro país.
Y aun más, su verticalidad patriótica durante la época de la Intervención norteamericana y la Guerra de Abril.
Nacido el 6 de enero de 1937 en Manoguayabo, El Brujo, que así también se le llama, es una de las personalidades de mayor influencia en la música dominicana de todos los tiempos.
Edilenia Tactuck, por segunda ocasión produjo el espectáculo más importante del país. La apertura no pudo ser más arriba: Juan Luis Guerra y la 440.
El opening involucró varios elementos que mostraban la cultura dominicana, como la polémica torre Eiffel de Santo Domingo Oeste, en un gran número con dos de los artistas más importantes de la República Dominicana; Juan Luis Guerra y Johnny Ventura.
Los comunicadores Pamela Sued y Francisco Lachapel trataron de conectar con el público presente y televidente a través de diferentes monólogos y comentarios relativos a las edades de algunas figuras como Charityn Beras Goico, y los nominados por primera vez en cada una de las categorías. Sin embargo, tanto en el teatro como en redes sociales las respuestas no fueron las mejores.
Uno de los momentos más comentados de la gala fue la reacción de Frederick Martínez, tras ganar el premio como animador del año, que se paró de su asiento antes de ser nombrado, y subió al escenario con Michael Miguel Holguin y Joschy Santos.
En general, los premios carecieron de agilidad y no lograron conectar, hubo algunas cosas acertadas, como la escenografía y juegos de luces, además de buena participación de Mozart La Para, Wisin y el esperado homenaje a la Coco Band pero el guion, la ausencia de algunos ganadores como Nuria Piera y Héctor Acosta y le quitaron brillantez.
Uno de los premios más criticados fue el otorgado a Gabriel, en la categoría de merengue del año, porque muchos consideraron que no estaba al nivel, una noche inolvidable, tanto por los aciertos como lo desaciertos.