Santo Domingo.-El Día Internacional de la No violencia contra la mujer encuentra a la República Dominicana con cifras que indican que 120 mujeres en promedio cada año pierden la vida a causa de la violencia intrafamiliar.
A pesar de las campañas que cada año se desarrolla en contra de la violencia intrafamiliar, cada vez es mayor la cifra de víctimas que mueren a mano de sus parejas o ex parejas.
Los feminicidios pueden ser considerados el último escalón, y probablemente el más visible y doloroso en la espiral de violencia en que viven las dominicanas. Antes, y en muchas vidas que no terminan en el homicidio, hay agresiones sexuales, acosos, violencia física y verbal, órdenes de alejamiento y violaciones sexuales.
Las dominicanas presentaron 578,418 denuncias de delitos sexuales y violencia intrafamiliar y de género, a un promedio de 64,268 por año, en los últimos ocho años y nueve meses de estadísticas disponibles, entre 2008 y septiembre de 2016. Y solo por delitos sexuales, vistos como las agresiones sexuales, violaciones, acosos, seducción e incesto, se denunciaron 53,653 casos en todo el país, a promedio de 5,961 cada doce meses.
Y desde el año 2000 hasta el primero de noviembre del presente 2016 fueron asesinadas 2,044 mujeres bajo la tipificación de feminicidio que hacen las autoridades dominicanas, en referencia directa al homicidio en circunstancias de violencia, consanguineidad o vínculo entre la mujer víctima y su asesino.
Es ante esos datos de las unidades especiales de violencia de género, intrafamiliar y delitos sexuales de la Procuraduría General, que República Dominicana debe considerarse como un país altamente violento con las mujeres.
Los famosos números fríos de los que tanto se habla en ocasiones obligan a un serio cuestionamiento a cómo el país enfrenta el problema de la violencia machista, y ayudan a poner en contexto las dimensiones de este problema social.
En frente quedan entonces los datos de feminicidios, que nos llevan como sociedad al tercer lugar en América Latina y el Caribe en una tasa por cada 100,000 mujeres, según el Observatorio de Igualdad de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El listado lo encabezó Honduras en 2014, con 13.3 feminicidios (además tiene el mayor número absoluto de la región, 531 asesinatos); siguen El Salvador, 5.7 mujeres muertes por cada 100,000 y luego República Dominicana, 3.6 y un número absoluto de 188.
“Entre 2010 y 2015 el número de países de América Latina y Caribe que han tipificado el feminicidio en sus leyes penales subió de cuatro hacia 16”, dice la investigación regional. “Sin embargo, la promoción de las reformas penales necesita estar acompañada de mejores herramientas para la recolección de sus datos y la sanción de los feminicidios”.
Al menos 12 latinoamericanas y caribeñas murieron en promedio en 2014 solo por el hecho de ser mujer, recoge la investigación. “En 2014, en 25 países de la región, un total de 2.089 mujeres fueron víctimas de feminicidios”.
Cuando se miran los datos absolutos de asesinatos de mujeres, ocasionadas por sus parejas o exparejas intimas, incluyendo en la lista a España, los de mayor tasa son Suriname, 3; Granada, 1.9; República Dominicana con 1.8 y San Vicente y las Granadinas, 1.8.
Los países con mayor cantidad de casos fueron Colombia, con 145, y Argentina, 132.
“Un objetivo importante actualmente es mejorar la producción de información en la región”, dice la Cepal. “Tanto sobre la base de encuestas a la población como de la sistematización de registros administrativos, para así dar cuenta de la dimensión real del problema y evaluar las respuestas que brindan las políticas públicas, el sistema de salud y las instituciones de la justicia”.
Al final estos datos hablan de desprotección, inseguridad y maltrato a la mitad de la población. ONU Mujeres estima que una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido de violencia sexual y física, principalmente por un compañero sentimental.
Esa violencia que viven las dominicanas, y las mujeres de la región latinoamericana y del mundo, nos siguen obligando a contar cada año a una más, y a una menos.