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Por Máximo Zabala

Juan Hubieres expresa su gratitud a Quique Antún por llamado a diálogo Gobierno y Transportistas


Santo Domingo.- El presidente de la Federación Nacional de Transporte la Nueva Opción (Fenatrano), Juan Hubieres, envió una comunicación al presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), Federico Augusto 'Quique' Antún Batlle, expresándoles su gratitud por los pronunciamientos públicos y responsables, a los fines de que el Gobierno y los transportistas inicien un diálogo .


Hubieres en su misiva recuerda al presidente del PRSC , que en el año 1986, cuando el presidente de esa entidad política y Presidente la República Joaquín Balaguer, debió emitir un decreto para que los vehículos del gobierno transportaran a los pasajeros de Santo Domingo, pues el importante proyecto de Onatrate, iniciado por el entonces presidente Antonio Guzmán, había prácticamente desaparecido.


Indica además, que también desaparecieron los más de 500 autobuses de las grandes compañías pertenecientes al empresariado, ya que las tarifas nunca han sido rentables.


No obstante, Hubieres solicita al dirigente político continuar sus gestiones de búsqueda de soluciones mediante el diálogo y -sin que se intente destruir o desplazar a cientos de miles de empleos o miles de millones de pesos propiedad de miles y miles de hombres y mujeres que tienen más virtudes que defectos y que pagan miles de millones de pesos en impuestos al Estado dominicano.


En ese sentido, Juan Hubieres expresa que los problemas sociales no se solucionan ni con leyes ni con decretos excluyentes, sino con políticas sociales incluyentes.


A continuación comunicado de Juan Hubieres al presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), ingeniero Federico Augusto 'Quique' Antún Batlle. 2 de noviembre de 2016 Señor Ing. Federico Antún Batlle Presidente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC). Sus Manos. Distinguido Señor: Primeramente queremos expresarle nuestra muestra de gratitud por el pronunciamiento público y responsable que realizó para que el gobierno y transportistas iniciaran un proceso de diálogo para beneficio del pueblo dominicano, los usuarios del transporte y los propios transportistas. Justamente dos días después el ministro de Industria y Comercio, Temístocles Montás, realizó el primer paso en ese sentido. Debo recordarle que en el año 1986, cuando el presidente Joaquín Balaguer retornó al poder debió emitir un decreto para que los vehículos del gobierno transportaran a los pasajeros de Santo Domingo, pues el importante proyecto de ONATRATE, iniciado por el entonces presidente Antonio Guzmán, había prácticamente desaparecido. También desaparecieron los más de 500 autobuses de las grandes compañías pertenecientes al gran empresariado, pues las tarifas nunca han sido rentables. Metro, Mayca, La Experiencia, entre otras, abandonaron el servicio de transporte urbano, de la ciudad capital. Hasta uno de los empresarios más exitosos, como Don Pepín Corripio, no pudo seguir en este servicio, según él mismo me contara. Pero miles de estudiantes, trabajadores y gente del pueblo requerían de este vital e indispensable sistema de movilidad. Esa es la razón fundamental de que mujeres y hombres volvieran o iniciaran su trabajo en la prestación de de transporte para quienes así lo necesitaban. Igual circunstancia, pasó con el transporte de carga del país. Muchos empeñaron, hipotecaron o vendieron lo que tenían para comprar ya un carro o un microbús. Esta es la raíz de que más de 600 mil hombres y mujeres hoy laboren día y noche transportando a los más carenciados de nuestra sociedad. Son los llamados pequeños y medianos propietarios que crearon las rutas que hoy existen en toda la geografía del Gran Santo Domingo y del país. A esto hay que agregar la existencia del motoconcho como una realidad social y económica, que moviliza a cientos de miles de usuarios cada día. Es a partir de ese momento que vuelven a surgir, nueva vez, los carros de concho y sus choferes y luego los microbuses y minibuses, que vinieron a llenar el espacio destruido por el Estado Dominicano, y que hoy día movilizan más de 5 millones de pasajes en todo el país y un importante segmento de la carga de mercancías diversas. Casi para todos los sectores de la economía dominicana se han creado leyes especiales para garantizar el nacimiento y desarrollo de áreas de interés estatal y privado. Menos para el sector transporte de pasajeros y de carga. Sólo parches o proyectos coyunturales, sin soportes jurídicos ni con criterios de garantizar el equilibrio financiero de quienes hemos invertido dinero y esfuerzos en mantener un servicio , que con sus precariedades, mueve hoy a millones de pasajes por día a precios o tarifas insostenibles, pero brindando el servicio en cada rincón del país y a cada hora del día. Igual acontece con el transporte de carga. Estos cientos de miles de empleos no los ha creado ningún gobierno ni los mantiene. Y aún en una economía asociativa y un poco informal, producen para mantener a sus familias e hijos sin que el Estado aporte nada o muy poco de manera marginal. Por razones de alta estrategia que sectores del gobierno y del Estado deciden emprenderla contra nosotros bajo argumentos insostenibles, pues el mismo gobierno que pactó con nosotros en el año 2008 creó las condiciones para que algunas iniciativas cayeran en actos de corrupción, que de hecho, los realizan casi todos los sectores privados que a mayor escala reciben miles de millones de pesos anuales en subsidios diversos y exenciones, que en algunos momentos alcanzarían hasta 69 mil millones de pesos al año. Esta embestida podría tener la impronta de querer desviar la atención la atención del país a temas altamente importantes. También empresas como Caribe Tours se mantienen a capa y espada con muy poca o ninguna política integral del Estado para hacer auto sostenible tan vital servicio. El mismo Estado llegó a las peores prácticas auspiciando que algunos sectores del gobierno hayan realizado u organizando actos únicos que en nuestra historia para destruir organizaciones sectoriales, creando facciones mediante actos sicariales con fines fundamentalmente económicos y de acumulación de riquezas por medio de las acciones violentas que el país conoce. Mientras nosotros hicimos intentos de organizarnos y mejorar, esos sectores del gobierno se dedicaron a corromper o matar a transportistas del país. En la historia del país, ningún gobierno o sectores de éste habían realizado prácticas tan aberrantes como éstas contra un segmento de la economía tan importante. Es así que le solicitamos continuar sus gestiones de búsqueda de soluciones mediante el diálogo y -sin que se intente destruir o desplazar a cientos de miles de empleos o miles de millones de pesos propiedad de miles y miles de hombres y mujeres que tienen más virtudes que defectos y que pagan miles de millones de pesos en impuestos al Estado dominicano. Los problemas sociales no se solucionan ni con leyes ni con decretos excluyentes, sino con políticas sociales incluyentes. Sin otro particular, Juan Hubiere del Rosario Presidente


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